10 Claves para adelgazar y sanar
Con frecuencia pensamos que la salud es el estado natural del cuerpo, que éste vela por nosotros. De hecho es cierto, realmente cuida de nosotros. La pregunta es si nosotros cuidamos de él ¿Seremos amigos o enemigos? Nuestro cuerpo es sabio, es un organismo brillante que tiene la capacidad de mantenernos en equilibrio, de conservar nuestra salud y de comunicarse a través de antojos, dolores, malestares y enfermedades.
Cómo mejorar la relación que tenemos con nuestro cuerpo
Todos sabemos que comiendo alimentos naturales y haciendo ejercicio mejoramos nuestra salud. La duda es ¿por qué, aunque lo sabemos, no lo tratamos respetuosamente, por qué le fallamos? La razón principal es porque no estamos viendo el problema de fondo. Nuestra salud, alimentación y estilo de vida son reflejo de nuestros pensamientos. Si queremos comer sano y hacer ejercicio necesitamos comenzar por nuestra mente, por nuestros pensamientos. A menudo nuestro cuerpo es la víctima preferida de nuestros malos pensamientos, de aquellos que nos decimos cuando nos etiquetamos como “No tengo voluntad ni control”, “Soy un flojo”, y demás sentencias aprendidas desde nuestra infancia. Por fortuna poseemos la capacidad de entrenar nuestro cerebro para pensar en nuevas formas y gozamos del poder de regular nuestra fisiología.
Frecuentemente intentamos cambiar lo que comemos pero casi nunca modificamos lo que pensamos o sentimos hacia un alimento u otro. Por ejemplo, pretendemos comer ensaladas y verduras pero no intentamos disfrutar de ellas ni buscamos maneras exquisitas de cocinarlas. Por suerte, podemos aprender a elegir hábitos alimentarios saludables y de actuar para restaurar nuestra salud y vitalidad.
A continuación diez claves para adelgazar y sanar:
1. Decidir que somos importantes. Solo las personas que piensan que son valiosas y merecedoras de triunfo consiguen lo que quieren. El individuo que le da prioridad a su sueño es quien no deja que nada se interfiera con sus planes, busca la forma de avanzar hasta conquistar su meta.
2. Ser amables y compasivos. Al amarnos y al aceptarnos por lo que somos, sin críticas ni juicios, será mas sencillo lograr los cambios positivos que siempre hemos deseado de forma permanente. En cambio si nos criticamos, mal tratamos y auto-exigimos será difícil avanzar y modificar hábitos porque generan un ambiente hostil de angustia, miedo y estrés.
3. Avanzar paso a paso. Los pequeños pasos nos conducen a grandes cambios. El éxito está en el progreso, no en la perfección. Con pasos sencillos y firmes podremos movernos hacia nuestra meta. Por ejemplo, si comenzamos con un minuto diario de ejercicio éste nos conducirá a otro minuto y así sucesivamente.
4. Celebrar cada pequeño paso que damos. Es conveniente reconocer cualquier avance, particularmente acreditarnos por realizar cualquier acción a nuestro favor. Premiarnos con alimentos puede ser un auto-sabotaje e ir en contra de nosotros. En cambio, recompensarnos con obsequios de gran valor para nosotros como un masaje o visitar a un ser querido, tienen un gran poder de curación, especialmente los abrazos y besos cuando nos los concedemos a nosotros mismos.
5. Desapegarnos. Es importante permitir que las cosas sean como son, que caigan por su propio peso, dejar que sucedan. Es muy significativo reconocer cuando estamos atrapados en nuestros propios apegos, por ejemplo, es inhumano pedirle al cuerpo que adelgace dos kilos por semana. El asunto es que comemos saludable y hacemos ejercicio buscando la meta equivocada. Si esperamos adelgazar sin obtener el resultado deseado puede sobrevenir la frustración y la tristeza. La verdadera meta debe ser generar un estilo de vida saludable, siendo adelgazar la consecuencia. En el desapego esta la liberación del pasado y de nuestra prisión. Es indispensable liberarnos del resultado, dejar que el cuerpo trabaje en su sabiduría y nosotros ocuparnos de nutrirlo correctamente. Para cambiar lo que no nos gusta necesitamos hacer cosas distintas, ya lo dijo Albert Einstein: “Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”.
6. Ser constante. Hay que insistir hasta alcanzar nuestra meta, seguir a pesar de cualquier adversidad, es volver rápidamente a nuestros hábitos saludables y persistir ante cualquier fracaso sin nunca rendirnos. Nuestra pancita se forma por la constancia de las tres piezas frecuentes de pan dulce y las dos copas de vino diarias. La buena alimentación y el estilo de vida saludable se construyen con acciones diarias. La práctica hace al maestro.
7. Pedir ayuda. Es recomendable crear un equipo de apoyo y rodearnos de personas que nos acompañen y nos favorezcan en nuestro propósito, ya sea nuestra pareja, familia, algún amigo o profesional. Hay que construir la red de ayuda. Y mejor aún si la red es de ayuda mutua.
8. Divertirnos. La clave está en gozar con plenitud el proceso, en disfrutar el camino, no el destino. El secreto está en reírnos de nosotros mismos. Basta ya de dramatismos. Dejemos de ser mártires de las circunstancias.
9. Pasión por nosotros. Es realizar las cosas por el placer de hacerlas, por el deseo de conseguirlas, por nuestra autosuperación y autorealización. Es darle significado, dirección y propósito a nuestras acciones. Es tener la valentía de tomar el riesgo sin la garantía de lograr el resultado.
10. Pensar positivo. Es más fácil generar un cambio favorable cuando nos enfocamos en lo que está bien con nosotros en lugar de lo que esta mal. Es mas sencillo cuando estamos agradecidos con lo que tenemos que cuando nos sentimos culpables, con vergüenza o con miedo. Si creemos en nosotros mismos seremos capaces de lograr cualquier meta.
Conclusión
Nuestra felicidad y nuestra salud es consecuencia de un diario vivir, no la meta a alcanzar. El éxito se vive, no se alcanza. Nutramos diariamente a nuestra mente con pensamientos positivos, a nuestro cuerpo con alimentos naturales y a nuestra alma con amor. Digámosle sí a la salud.







